De nuevo lunes, ni siquiera había llegado a la oficina y en su celular surgió una notificación.
Ya se había creado un grupo de WhatsApp con Natalia, Lucas y Franco llamado “Aníbal lector”. Rio por la ocurrencia, seguro que había sido Natalia.
El único problema, pensaba Clara, es que este grupo le daba a entender que no se habían olvidado del brindis o del juego del viernes. La búsqueda empezaba en serio.
La primera frase del grupo de WhatsApp era “¡Precisamos datos!” y Natalia que ya estaba sentada en su escritorio esperando que Clara dijera algo, o en su defecto escribiera algo.
-¿Y si trabajamos mejor un rato?- dijo Clara con un tono implorante. Era demasiado que procesar. Extrañaba los almuerzos en compañía, pero recordarlos también era una señal de que no se repetirían. No quería perder las esperanzas, estaba determinada a ir a la plaza hoy y que allí estuviera. Sentado en el mismo banco de plaza con su bolsa de comida y una sonrisa. Como siempre, o mejor dicho como hasta ahora.
Natalia, que ya había creado dos grupos, uno con Clara y uno sin clara, intentaba mostrarse tranquila y comprensiva. Mientras escribía sin cesar en el grupo sin Clara.
Buscaba en su memoria referencias que le diera Clara en las últimas semanas que sirvieran para achicar la búsqueda. Mientras les explicaba que Clara estaba en una fase de negación, esperando ir a la plaza y encontrarlo como si nada hubiera pasado.
-¿Pero vos crees que aparezca?-, escribió Franco en el grupo sin clara. Tanto Natalia como Lucas no creían que apareciera. –Y si tuvo que viajar de urgencia por algo?, Es decir que no desapareció por el beso. Simplemente al no estar en Montevideo no pudo ir a la plaza. Tampoco avisar porque no tiene su contacto– aportó Lucas.
A Natalia le gustó esta posibilidad, quizás toda esta historia de escapismo se podía arreglar hoy. Cuando quiso acordar Clara ya se había ido a almorzar, ahora solo quedaba esperar.
-Natalia avisa al grupo en cuanto llegue Clara, ya siento que las cervezas esas son mías, ¡el viernes las compartimos!- Escribió Lucas. -¡Epa! Esperamos que tengas razón, pero ¿Vale esto de seguir tirando hipótesis? ¡Creo que vas a compartir las cervezas y la cuenta!- Respondió rápidamente Lucas.
La conversación jovial se vio cortada por un mensaje de Natalia -Llegó, no está bien, hablamos después-.
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