Sin importar cuantas llamadas
hay encuentros que ya no incumben
porque hay guerras que no se ganan
por más veces que éstas se luchen.
Se vuelve una inmensa batalla
lo que pudo ser sólo un cruce
aquellas palabras atoradas
como de una metralla fluyen.
Sucede algo que no esperaba
pasado y presente confunden
el final con una parada,
la muralla con un derrumbe.
En las trincheras asignadas
nuestros soldados se reúnen
las posiciones ya están asignadas
E instruido el desenfunde.
En cada bala disparada
logramos que el dolor retumbe
no existen banderas blancas
ni armisticios ¡No se sucumbe!