Todavía sorprendida
por tus palabras sin actuar
en una noche encendida
cuando estábamos frente al mar.
En el amor no hay medidas
pero me dejaste escuchar
eso que mi alma pedía
y no podía encontrar.
Comprender que en esta vida
el paraíso puede estar
en Punta Cana querida
o en dos personas al mirar.