Sumergida en el mar de fondo
no se vislumbra la salida.
Esa corriente en lo más hondo
ya me parece conocida.
La arena blanca del olvido
me sepulta una y tantas veces.
Todo esfuerzo no es percibido
por las almas ni por los peces.
Cuando todo se está perdido…
aparece esa luz que crece,
Aclarando lo confundido
en un segundo y para siempre.
Rompo las cadenas de lodo
para comenzar la partida.
Ya en la superficie no todo
lo siento, como antes solía.
En el agua, la cara durmiendo
los pulmones tranquilos están.
¿De qué sirve subir sabiendo
cuando ya no se puede cambiar?
Excelente,
Este por sobre los demas,
Sabes, me traslado a un lugar parecido al que me traslado el tema fixionario de La Tabare, lo primero que se vino a la cabeza,
Exitos!, y un beso grande.
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Señor, me encanta como escribes jejejejeje
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Gracias!!!
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