Sólo escucho una melancólica tonada
palabras tristes que atropellan mi corazón
una y otra vez, como olas de una agitada
playa en una gran tormenta.
Veo al tímido sol ahogarse en el agua
donde se separan el cielo y el infierno.
Dejándole paso a la oscuridad antigua
de fantasmas y soledad.
Siento a mi amor escapándose de mis manos
como pequeños cristales de arena blancos
que se dispersan gracias a vientos lejanos
vagando por el planeta.
Mis sentidos aportan pésimos augurios
como unas grandes nubes negras que tapizan
el firmamento, la calma antes del Diluvio
ahora… espero lo peor.