Cuando las palabras no son más que manchas
de tinta negra en algún papel gastado
que será guardado y siempre atesorado
por años, meses, días o simples rachas.
Cuando no hay miradas que cambian tristezas
por la impresionante alegría de entender
que me vas a contener y de comprender
que amarnos será nuestra mayor destreza.
Cuando ni un solo beso tuyo me lleva
a ese mundo fantástico de sonrisas
donde reinan las brisas, donde no hay prisa
desolación, soledad o solo pena.
Cuando el mundo que conocíamos se va
en el más profundo abismo del planeta
las horas se repletan de la completa
locura de ignorar lo que de mi será.