Han pasado 168 horas
desde esa, la última vez que te vi.
Desde que avivaste las cenizas
de mi amor incomprendido, hasta el fin.
Hace 168 horas caminaba por estas
calles, las calles de la amargura
por verte y no tenerte, y por quererte
pero he recobrado la mesura…
Han pasado 168 horas.
Pero ahora al caminar por aquí,
por las calles del olvido, logré
lo imposible, a tu amor extinguí.
Es cierto, pasaron 168 horas,
pero esos momentos tan solo son
la semana que en mi vida sobra,
La pesadilla sin comparación.