Tus ojos que ante el sol brillan
me miran como rozagantes
mientras dicen que me aman
como lo hacían antes.
Tu sonrisa por la sal
se ha puesto más roja
resaltándola, como la arena
cuando el agua la moja.
Tus palabras tan románticas
llenas de flores y alegría,
como esas palabras místicas…
las que me dijiste algún día.
Todas estas historias
que siguen tan frescas en mi mente
no son más que memorias
que en mi siguen pisando fuerte.