Con los ojos bien abiertos
y el corazón sin batallar
aparezco en los senderos
donde me es posible olvidar…
Terminar ya con lo oscuro
los códigos, comentarios,
los recuerdos tan impuros,
las lágrimas y un agravio.
Me he liberado de reproches,
de acciones, condiciones y más
los fantasmas en las noches
no me perseguirán jamás.
El camino terminado
está, y no queda que contar
más que este papel en blanco
para volver a empezar.